Noches como esta sirven a millones de personas para hacer balance, para dejar atrás lo malo, poner el contador a cero e iniciar una nueva etapa… Da igual si quemamos un papel, la ropa o nos damos un baño a media noche… Si lo acompañamos de creencias religiosas o paganas… Al final lo importante es que sirven para ofrecernos un nuevo comienzo.
Este tipo de fechas así como el fin de año, el final del curso o el propio cumpleaños nos permiten parar por un momento. Parar para poder mirar hacia atrás y también hacia adelante. Comparamos con la situación que teníamos el año anterior o fantaseamos con la situación que nos gustaría vivir el siguiente…
A veces el balance nos hace sentirnos bien y aliviados si hemos alcanzado nuestros propósitos, pero también puede ser una fuente de frustración e insatisfacción con nosotros mismos y la vida que llevamos cuando no es así.
Sea como fuere, desde Aletea queremos destacar que independientemente del resultado, lo importante es poder enfocar con una mirada positiva nuestra situación, de manera que nos permita seguir avanzando por el camino que nos toque recorrer de la mejor manera posible.
Para ello es cierto que es bueno ponernos plazos, tener fechas significativas en las que poder revisar nuestra marcha… Nos sirve para no eternizarnos en el cumplimiento de nuestras tareas, no relegar nuestros sueños al olvido o sucumbir a la procrastinacion.
También para desenredarnos de dinámicas negativas que a veces se apoderan de nuestras vidas.
Por ello os animamos a usar estos días señalados, ritos de transición o como queráis vivirlos, para darnos un empujón de positivismo, mediante el que podamos disfrutar y premiarnos por los logros alcanzados, trazar nuevos planes para alcanzar los pendientes y afrontar las dificultades que surjan.