A veces nos empeñamos en evitar, esconder, intentar hacer desaparecer… aquellas vivencias, o partes de nosotros mismos, deseos o miedos que nos resultan incómodos, vergonzosos o que parecen mostrar nuestras debilidades.
El resultado es que por mucho que luchemos contra ellos, antes o después acaban haciendo acto de presencia, normalmente en el momento menos oportuno.
Una de las claves que mejores resultados nos ofrece en Aletea es la de trabajar la ACEPTACION, ya que nos resulta una gran aliada para conseguir el bienestar y la ansiada felicidad, sea cual sea la situación de la persona.
Aceptar lo que somos, lo que nos pasó, lo que deseamos y lo que tememos. De esta manera podemos convertir supuestas debilidades en nuestra gran fortaleza. La fortaleza de conocernos bien, de amar lo que vivamos, de no temer mostrarnos ante los demás…. La fortaleza de dejar de nadar a contracorriente de nuestros más íntimos deseos, y de aprovechar la fuerza que nuestra ola interna posee por sí misma.
Dejar de avergonzarnos por sentir determinadas cosas, darnos el permiso de ser quien somos, con características más o menos positivas pero que son auténticas y válidas, nos permite conocer nuestro verdadero yo, la herramienta más poderosa que tenemos para manejar y disfrutar nuestra vida. Déjate ser.
En esta línea va el artículo que os dejamos a continuación sobre la capacidad para sanar nuestras heridas emocionales basándonos en la aceptación.
lamenteesmaravillosa.com/5-pasos-sanar-nuestras-heridas-emocionales/